viernes, 20 de enero de 2012

El chamán, ¿también en el concierto de Shakira?

Es 19 de enero y Jorge Elías González Vásquez se embebe en su ritual de radiestesia para descifrar el repase de las cabañuelas, como llaman los entendidos al seguimiento de los fenómenos naturales de los primeros 24 días de enero, por medio de los cuales, pronostican el comportamiento del clima para el resto del año.
Estaba en esas, cuando nuevamente alguien lo aborda para preguntarle que si es verdad que él evitó la lluvia en el Mundial de Fútbol, en la posesión del Presidente, en el Festival de Teatro o en los conciertos de Shakira o de Britney Spears.
En la última semana, este campesino tolimense ha sentido el dedo acusador de personas que buscan el ahogado río arriba y que hasta pretenden juzgarlo por su respetable oficio o por el despilfarro de los dineros públicos. A Jorge Elías, nacido hace 65 años en el municipio de Dolores, Tolima, solo le falta que lo cuestionen sobre el por qué con su poderes no evitó el Diluvio universal.
No son nuevos los rituales de este campesino caficultor, solo que últimamente se volvieron noticia porque nuevamente los indicios de un presunto escándalo de corrupción, indirectamente terminaron involucrándolo a él. Lo único que atina a decir con precisión, es que desde los diez años heredó de su padre el interés por el estudio de la radiestesia y que hace un par de décadas la actriz y empresaria Fanny Mikey lo contactó por primera vez para que le ayudara a evitar los aguaceros que amenazaban con arruinarle los espectáculos al aire libre del Festival Iberoamericano de Teatro.
Desde entonces González se volvió un visitante frecuente de la capital, sobre todo del parque Simón Bolívar, el escenario donde se están llevando a cabo los grandes espectáculos que se organizan en Colombia. Jorge Elías no entiende mucho de música moderna ni de famosos artistas, él solo entiende de cultivar café y de estudiar las ciencias ocultas y la sabiduría del rey Salomón. Estudios por los que, con relativa periodicidad, es requerido para que llame el tiempo seco en algún gran evento del parque capitalino.
Este mal llamado chamán, que en verdad es un radiestesista, explica su labor como la misión que tiene de desplazar la atmósfera para que no llueva, cuando se necesita que no llueva, sin embargo es consciente, y así lo dice él, que tiene que enfrentarse a una cosa muy poderosa como la naturaleza y de que, por encima de él y de todo, hay un Supremo Creador, que finalmente todo lo determina.
De tantas veces que ha estado en Bogotá, González ha perdido la noción de las fechas. Solo sabe que cada vez que lo llaman, tiene que salir de su recóndita morada con una semana de antelación para preparar con tiempo el campo magnético a través del cual alejará las nubes. Cree que estuvo para el último concierto de Shakira y que le pagaron dos millones de pesos, pero está seguro de que no conoce a la cantante, que nunca ha hablado con ella, pero sí que la ha visto por televisión y que ha escuchado sus canciones.
Por ahora González quiere espantar el nubarrón que se le vino encima por el boom noticioso, se quiere perder en su finca de la apartada vereda Picaches en Dolores para ocuparse de su mujer, de sus hijos y de sus cultivos del café. Por supuesto, en su campo silente, desea retomar el pequeño péndulo alemán que le permita definir las coordenadas que lo ubiquen en comunión con la atmósfera.
Cuando fue interrumpido, acababa de establecer que este año, desde mediados de abril y durante todo el mes de mayo, en Colombia las lluvias serán muy fuertes. Y no habla más, porque a través de su curtida experiencia de radiestesista y aspirante a sacerdotista – o nivel máximo de conocimientos en su oficio- ha aprendido que “el que dice todo lo que sabe, termina sin saber nada”.
No estuvo en concierto
En diálogo con EL HERALDO, el empresario Alfredo Villaveces negó que su empresa haya contratado los servicios de Jorge Elías González para evitar la lluvia en el concierto de Shakira del 12 de marzo pasado, pero sí reconoció que hay un abuelo muisca de las sabana de Bogotá al que normalmente acuden para que lleve a cabo las ceremonias indígenas previas a los conciertos que se organizan.
“Eso no es nuevo y se hace para la gran mayoría de eventos, es una creencia que debe ser respetada”, afirmó Villaveces, quien además destacó que este recurso de acudir a chamanes indígenas resulta válido en vista de que las lluvias hacen que la venta de boletería para los eventos se disminuya en un 30 por ciento.
Por César Muñoz Vargas

Fuente: elheraldo.co

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