domingo, 23 de septiembre de 2012

Las caderas de Shakira empiezan a cambiar

Shakira es de esas celebridades que sabe manejar su privacidad ante los medios de comunicación, en especial cómo y cuándo quiere comunicar. Maestra en manejar la comunicación de su vida privada, dejó crecer los rumores hasta que ahora anunció su embarazo.

A Shakira parece no importarle lo que se dice sobre su vida privada. Hasta ahora no ha sido amiga de los grandes anuncios mediáticos. Para contar su (esperada) ruptura con Antonio de la Rúa eligió un comunicado. Y para confirmar la (más que rumoreada) relación con el futbolista Gerard Piqué, fue el astro quien colgó una foto en Facebook.

Mientras, su novio se limitó a responder que “es un tema privado” cuando se le preguntó sobre su eventual futura paternidad, Shakira anunciaba la cancelación de algunos compromisos y, lo demás, silencio.

La
confirmación de su embarazo llegó el miércoles pasado a través de otro comunicado en su página web y en las redes sociales y Piqué retuiteó inmediatamente la noticia y cambió su foto de perfil en Twitter por la de un chupete verde.

El éxito no hace que niegue su procedencia, y quizá ese sea otro motivo, su frescura, de que tenga tantos fans. Así lo explica ella: “Necesité ser así porque no se me regaló nada. Soy una mujer de un país que en mi infancia formaba parte del Tercer Mundo, que todavía es pobre y está marcado por la guerra civil y las drogas. Si naces en Colombia, la posibilidad de no hacer algo especial de tu vida es bastante alta. Y quien nace pobre, en general, se queda pobre toda su vida porque es muy difícil y caro conseguir una educación adecuada. No podemos seguir así. La educación debería ser un derecho humano, no un lujo. Sea como fuere, desde que era niña tuve que luchar por mis sueños”.

Shakira es popular tanto en el mundo virtual —50 millones de seguidores en Facebook y 18 millones en Twitter— como en el real: más de 2 millones de personas asistieron a los conciertos de su gira Sale el sol.


A pesar de que concede entrevistas sentada en su Porsche, viaja en jet privado, lo disfruta y lo dice: “No hay que sentirse culpable por haber hecho realidad un sueño y que, como resultado, se haya ganado mucho dinero. Hay que disfrutarlo después de haber trabajado tanto”.

Pero Shakira no olvida, y por eso, a través de su fundación Pies descalzos, brinda enseñanza a niños carenciados. “Fue la educación la que me permitió alcanzar esta vida. Si no hubiera ido a la escuela, si mis padres no me hubieran apoyado tanto, seguro que hoy no volaría en un avión y menos en un jet privado”.

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