miércoles, 2 de mayo de 2012

Shakira, adicta al merengue (contra todo pronóstico)

Quién lo diría. Hincha hasta la médula del FC Barcelona desde que cayó rendida a los pies del apuesto defensa del equipo catalán Gerard Piqué, pero adicta al merengue. O, al menos, al ritmo del merengue. A qué es adicta en realidad no es difícil de imaginar. Shakira lo revela entre líneas en la letra de su nuevo single Addicted to you -con todas las papeletas para convertirse en un hit en toda regla de las pistas de baile y verbenas del inminente verano-, en el que se estrena en este nuevo ritmo musical y cuyo videoclip acaba de ser colgado en el canal de la artista del portal de vídeos Youtube. «Son tus ojos marrones (...) esa cara de niño, esa risa nerviosa... I'm addicted to you», entona la artista colombiana, luciendo su por lo menos vigésimo octavo cambio de look.
Soy adicta a ti reinventa a la Shakira que todos conocemos con los mismos trucos de siempre y presenta a una experta en el arte de agitar las caderas, más guapa, más joven, más sensual y provocativa que nunca. Otra vez el pelo corto platino y asimétrico, algo descuidado, como quien no quiere la cosa, más piel que ropa, imprescindible escena de camiseta-mojada en la bañera levantando pierna, delgadez algo llamativa, uñas de un turquesa caribe y tacones infinitos para realzar la figura y presumir un poco de su equilibrio y destreza coreográfica.
Más allá de eso, la canción repite una y otra vez un estribillo pegadizo, en el que intercala la frase en inglés que da título al tema con el resto de versos en español -al más puro estilo latino- y que sigue el mismo camino abierto con temas como Loca o Rabiosa.
El vídeo es obra de Anthony Madler, ya experto en divas después de haber trabajado con Rihanna o Beyoncé, y, curiosamente, grabado en Los Ángeles. Nada de sol, ni tablas de surf, ni patines en línea ni palmeras en el decorado de Addicted to you. Lejos de eso, el clip se rodó en un pequeño pueblo de suelo de barro y paredes encaladas, donde predomina el estaño y el latón y los populares objetos de la imaginería típica de la tierra de la artista como las velas o algún que otro rosario. Para que, entre tanta Champions y Liga, no se nos olvide la Shakira más castiza.

Fuente: La Voz De Galicia

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