martes, 18 de febrero de 2014

Shakira: un fenómeno camaleónico que siempre da en el clavo

Pese a las críticas de sus primeros fans debido a sus múltiples transformaciones, Shakira sigue
dominando la fórmula del éxito. De hecho, todos sus lanzamientos llevan implícita la palabra hit. Este año, sorprendió de nuevo con el arrollador éxito de Can’t remember to forget you, junto a Rihanna.

Shakira es un fenómeno en sí misma. La colombiana de las inquietísimas caderas es una verdadera loba del mercadeo, la imagen y la propia reinvención.

Su último batacazo, Can’t remember to forget you , lleva implícita la fórmula del éxito contemporáneo: sensuales imágenes a las que se suma Rihanna, una artista que comienza a convertirse en la vocalista perenne de los listados musicales.

Aunque Shakira superó con creces a la barbadense en su presentación del 2010 en Rock in Rio, según la crítica de la revista Rolling Stone , la polémica colaboración generó más de 5,5 millones de reproducciones en YouTube tan solo en sus primeras horas.

No obstante, una crítica del diario colombiano Vanguardia emitió un juicio negativo sobre el nuevo videoclip: “La piel de Shakira opacó la música”.


Para Alfredo Chino Moreno, crítico de música y productor de 94.7 FM, se trata de “una movida muy inteligente de mercadeo”.

“En estos tiempos, si no llamás la atención de manera radical, la gente no te da pelota”, razona.

Moreno ha de tener razón, pues incluso la revista Vanity Fair alaba el éxito de la artista: “Cada sencillo que lanza (tanto en inglés como en español) se convierte en hit , y cada disco en ‘récord al más vendido’”.

Desde 1996, la latina de raíces libanesas ha tenido las agujetas amarradas a la palabra éxito, tras el lanzamiento de su primer álbum de estudio, Pies descalzos.

¿Dónde están los ladrones? (1998), su siguiente LP, hizo que sus baladas acústicas-roqueras recorrieran América Latina y Europa. Tres años más tarde, vino su MTV Unplugged , catalogado como la mejor presentación vocal en vivo de la intérprete, según el diario colombiano El Heraldo .

Reinventar sus propias melodías le tomó meses de concentración y requirió la ayuda de Emilio Stefan Jr. y Tim Mitchell, pero logró mantener las raíces que la convirtieron en una artista atractiva para el público hispano.

“Algunas personas asociaron a la cantante colombiana con sus contemporáneas de la música pop Britney Spears y Christina Aguilera. Pero la amplitud estilística de la música de Shakira – con elementos de folk , Oriente Medio y los estilos tradicionales latinos sobre una base de rock y pop– le dieron el grado de credibilidad que las jóvenes reinas americanas no tuvieron”, confirma la biografía publicada por Rolling Stone.

La colombiana pertenece a una generación de artistas latinos que lograron hacer nombre en el difícil mercado estadounidense, como Ricky Martin, Luis Miguel, Marc Anthony, Thalía y Paulina Rubio. La diferencia es que las letras de Shakira son de creación propia.

Salto abismal

En el 2001, Laundry Service lavó la apariencia desenfadada y la tintura roja de los mechones de la colombiana. El álbum trajo consigo a una Shakira renovada y dispuesta a triunfar en el mercado estadounidense, el único que no había logrado conquistar hasta ese momento por la barrera del idioma.

Incluso, bajó de peso para encajar en una sociedad diametralmente distinta a la que la vio crecer.

Con el lanzamiento de Suerte , el primer sencillo de Servicio de Lavandería , el mundo conoció el lado más sexi de Shakira, el cual la catapultó al número seis en la lista de los siempre Billboard’s Hot 100 y propulsó el álbum a la casilla tres.

“Sus primeros fans recuerdan con nostalgia la época más auténtica en la que su imagen le importaba poco. Rellenita y pelinegra, se esforzaba por componer y cantar canciones de contenido más elaborado. Pero ni bien su carrera musical alzó vuelo, el look sencillo y casual de su adolescencia se esfumó”, dijo el diario peruano La República .

La ironía está en que la misma Shakira criticaba el peso vital de las apariencias en su popular tema Pies descalzos (Sueños Blancos) , con estrofas como “construiste un mundo exacto de acabados tan perfectos, cada cosa calculada en su espacio y a su tiempo” o “ponte siempre zapatos, no hagas ruido en la mesa, usa medias veladas y corbata en las fiestas”.

Pero ella sabía que debía ir con el compás de los nuevos tiempos. Así vino en el 2005 Fijación Oral Vol. 1 (y Oral Fixation Vol. 2 , con el mismo contenido, pero en inglés) con una imagen incluso más atrevida, aceitada, y bailando y cantando La tortura junto a Alejandro Sanz.

El disco, con una pizca de bossa nova y de new wave , añadidos a la tradicional mezcla de rock y pop de Shakira, fue el número cuatro en la lista de Billboard, la mejor posición que ha alcanzado cualquier álbum en español en su debut, según Rolling Stone .

Ese año fue uno de los grandes definitorios en la imagen de la diva. Fue hasta ese momento cuando se atrevió a decir adiós a los rubios de tono platinado y a las cantidades excesivas de maquillaje. “Antes me escondía, ya no. No quiero esconderme de mis propios rasgos”, dijo a El País de España.

Con esta nueva transformación, Shakira se demostró a sí misma que ya no necesitaba aquella imagen que utilizó para triunfar en Estados Unidos. Siempre sexi, pero ahora más natural, continuó cosechando éxitos con Loba , Sale el sol y sus temas oficiales de las copas del mundo de Alemania y Sudáfrica, una versión especial de Hips Don’t Lie y Waka-Waka .

¿Cuál es su secreto?

Para Chino Moreno, Shakira es una artista que destaca por su capacidad de proyección masiva, pues se reinventa y logra adaptarse a cada época con propuestas originales.

A lo largo de su carrera, ella ha experimentado transformaciones en su estilo musical y en su imagen que, al parecer, resultaron ser buenas fórmulas y que la han mantenido de forma permanente en las listas radiofónicas.

Sin embargo, el manejo de las letras ha sido el mismo, quizá porque –como ella misma reconoce– el proceso de composición está siempre delimitado por sus dudas, alegrías, quejas, victorias y derrotas. El resultado: la revelación de su fragilidad, una que no se nota al verla bailar y arrasar en los escenarios.

“Ese intenso elemento creativo, junto a un hábil manejo (puro marketing ) de sus raíces árabes y colombianas, y una bien diseñada imagen roquera, que un crítico describe como ‘underground blanco’, la han convertido en un producto imparable”, describió El País .

Para el portal de noticias de E! en su Tour de la Mangosta, así como en el de Fijación Oral y Sale el Sol World Tour, demostró que la palabra “reinventarse” es de fácil manejo para ella.

Para el crítico de música Jacques Sagot, esto no puede verse como un aspecto negativo.

“Un artista no tiene que estarse reinventando. Basta con que sea auténtico y fiel a sí mismo. Solo se ‘reinventa’ la mercancía, en el contexto de un mercado. Surge un nuevo producto. Se promociona. Alcanza el auge de su fama. Es consumido universalmente. Sobreviene la saturación del mercado, el tedio, y la muerte mediática del producto. Es la dinámica inexorable del arte cuando es concebido como industria. Por eso, la renovación, el remozamiento permanente de la imagen, es un mandato”, explica.

Por su parte, para Mauricio Alvarado, del programa 80’s y más de VM Latino, la evolución de Shakira no fue positiva en el sentido musical, pues considera que “se ha ido guindando de las tendencias para vender su música”.

Según dijo, sus primeras letras llevaban implícita un poco más de inspiración.

Aunque la palabra “reinvención” ha rodeado de manera cercana a la intérprete, ella lo acepta apenas a medias. “Yo prefiero la palabra evolución a reinvención. Para mí, un esfuerzo para cambiarse o intentar cultivar a un personaje no pega porque no viene desde un lugar sincero.

”Si te dejás crecer y evolucionar naturalmente, verás que la evolución es algo que sucede sin forzarlo, simplemente ocurre”.

Así lo dejó claro en una entrevista para la más reciente edición de la revista colombiana Aló .

Fente: nacion.com

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