Cuando apenas nos comenzábamos a acostumbrar al nombre de Merlín
Atahualpa, el hijo de Natalia Oreiro, y ya los comentarios al respecto
mermaban, comenzamos a escuchar que el hijo de Shakira se llamará
Ulises. Eso en caso de que exista, claro está.
Supuestamente la colombiana ya lleva unas diecisiete semanas de
embarazo. También sufre de toxoplasmosis, cosa que pondría en riesgo la
gestación y haría que tanto ella como Gerard Piqué se muestren discretos
al respecto. Esto es lo que se dice, no lo que se ha confirmado ni lo
que se ha comprobado. También se dijo más de una vez que estaba
embarazada, o que se iba a casar, y muchas cosas más. Ahora la versión
más insistente le adjudica un embarazo de casi cuatro meses. ¿En serio
nadie le notó un cambio físico? ¿O será que tiene el bebé más pequeño
del mundo? Lo más probable es que no esté embarazada.
Pero Shakira vende. Y venden aún más las noticias sobre su vida
familiar. Si se separa, si se junta, si se muda con Piqué, si se
embaraza… Todo eso funciona muy bien a la hora de atraer al público. De
parte de ella hay una actitud más o menos constante a la hora de hacer
oídos sordos y dejar que los rumores y las versiones mueran por sí
solos. Mientras nosotros (y gente en muchos otros países) hablamos en la
peluquería, en el ómnibus o en la sobremesa sobre su presunto
embarazo, alentados por programas de radio, comentarios en la prensa o
programas de televisión, Shakira está en otra parte del mundo haciendo
como que no pasa nada.
El problema es que los rumores y las noticias falsas no mueren sin
consecuencias. Siempre inspiran a otros a crear nuevas mentiras. La
revista TV y Novelas afirma que ya tiene la fecha de nacimiento del
pequeño Ulises, cosa que sucederá en enero del año próximo. Hay de por
medio una supuesta ecografía hecha en Miami. En estas cosas, como
siempre, si uno quiere comprobar qué tan ciertos son estos asuntos, no
queda más que esperar. ¿Vale la pena?
Fuente:elpais.com.uy
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