martes, 24 de abril de 2012

Shakira, nuestra mejor embajadora

"Shakira se adelantó a personajes como Bill Gates y Warren Buffet en una nueva concepción de la filantropía"
Hace aproximadamente quince años, en una feria internacional del libro como la que actualmente se celebra en Bogotá, unas presentadoras de televisión  de temas de farándula encontraron a Shakira visitando dicho evento, como cualquier persona del común y, por supuesto, la abordaron para preguntarle su opinión sobre la feria y qué novedad estaba buscando. La sorpresa fue que, en vez de citar libros sobre temas frívolos y de la farándula, nuestra estrella dijo que estaba en la búsqueda de un libro de Jeffrey  Sachs, economista premio nobel de fama mundial, uno de cuyos últimos libros era sobre el combate contra la pobreza.
La respuesta dejó desconcertadas a las ocasionales entrevistadoras, quienes, ante la evidencia de su ignorancia sobre el personaje y libro aludido, no tuvieron opción diferente a la de un rápido cambio de tema.
En lo personal, me llamó la atención que los intereses intelectuales de Shakira estuvieran por los lados de la "ciencia lúgubre", como en su momento calificó Carlyle a la economía, pero no se trataba de un simple 'hobby' o de una distracción esnobista sino de un propósito altruista de servicio social que ella tenía in péctore  para lo cual, al parecer, estaba buscando un soporte intelectual sobre la educación, el conocimiento y su efecto acelerador en el desarrollo y bienestar de los pueblos.
Por esa circunstancia, y por la construcción intelectual con la cual Shakira comenzó posteriormente a divulgar las tareas de su Fundación Pies Descalzos, por ejemplo cuando lanzó el proyecto del colegio para los niños marginados de Puerto Colombia, que actualmente funciona como un modelo especial que aglutina no solo a estudiantes sino a sus padres y personas de la comunidad circundante, he llegado a la conclusión de que nuestra rutilante estrella se adelantó en el tiempo  a personajes como Bill Gates y Warren Buffet en una nueva concepción de la filantropía, como es pasar del simple modelo asistencialista a uno prospectivista, que tiene como eje la gestión del conocimiento para el desarrollo integral del ser  humano.
Paso a paso, a la par con su creciente y apabullante fama mundial, Shakira ha logrado crear una simbiosis sinérgica entre su exótica voz, su capacidad de composición y de creación, además de su exuberante danza, con la ampliación de sus planes de ayuda y promoción a la primera infancia, los cuales han transcendido al ámbito internacional con programas al efecto en otros países. Por ello, y de forma creciente, la hemos visto como figura destacada en conferencias internacionales, trátese del BID, Banco Mundial, Organismos de Naciones Unidas, algunos de los cuales la tienen como su embajadora de buena voluntad, ONG, cumbres de presidentes, a las cuales asiste no sólo para mostrar su arte sino como brillante expositora.
Especialmente destacadas han sido sus intervenciones en las más importantes universidades del mundo anglosajón, como son los Estados Unidos y el Reino Unido. El año pasado, mi hija mayor, que vive en Inglaterra, me envió un video sobre una conferencia que dictó Shakira en la Universidad de Cambridge y, en verdad, que se siente un legítimo orgullo de colombiano al escuchar no sólo al directivo universitario que la presentó, la forma amena y fluida como desarrolló su tema sino el desparpajo y la solvencia intelectual con los cuales afrontó las inquietudes de los estudiantes.
En Colombia no escatima su presencia cuando alguna instancia gubernamental la requiere para reforzar la buena imagen del país, tal como pudimos advertir en la reciente cumbre de presidentes y jefes de Estado de América, en uno de cuyos eventos asociados, como fue la cumbre empresarial, tuvo una disertación destacada que el auditorio aplaudió de pie durante varios minutos.
Por todo ello, es de registrar como algo doloroso y lamentable que, no sólo los medios de farándula y los asiduos "mamagallistas" de las redes sociales, sino algunas columnistas, que uno supone serias y bien informadas, se hayan dado a la malévola tarea de maltratar la imagen de nuestra querida compatriota, por un inane lapsus al cantar nuestro himno nacional, más común de lo que cabe suponer si  nos atenemos a  experiencias de otros países, en una actitud parecida a la descrita en el famoso proverbio árabe: "Sólo a los árboles que dan frutos se le tiran piedras".

Fuente: eltiempo.com

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