viernes, 30 de marzo de 2012

Silvestre Sánchez: "Por una puerta salió Shakira y por la otra Piqué"

Silvestre Sánchez | Foto: VALENTÍ ENRICHEl propietario del restaurante Salamanca, en el barcelonés barrio de la Barceloneta, es un libro abierto. Las paredes del local forman parte de la historia de la ciudad

Esta es la historia de un hombre  de raíces humildes que a base de trabajo, sacrificio y don de gentes, ha logrado levantar un imperio. Su buque insignia, el Restaurante Salamanca, ha dado de comer a millones de comensales desde 1969, muchos de ellos ilustres personajes de la realeza, la cultura, la política, los toros, la farándula, el deporte...
¿Cuántos cuadros tiene colgados en las paredes?
Ufff, miles... Muchos los he pasado a otros restaurantes que tenemos en el Port Olímpic, porque aquí ya no me queda espacio.
¿Qué personaje no ha estado en el Salamanca y le haría mucha ilusión que viniera?
El Rey Juan Carlos. Me honraría muchísimo su visita. Su hija, la Infanta Cristina, venía muchas veces y lo hacía casi de incógnito.
Sin escoltas...
Un día vino José María Aznar siendo presidente del Gobierno y el problema fue colocar a todo el séquito, seguridad y acompañantes. Aznar me impresionó, como Javier Solana, Pasqual Maragall o los folclóricos Farina, Rocío Jurado...
En más de una se habrá visto...
Lo peor es que venga alguien sin avisarte. Piense que un domingo al mediodía podemos dar hasta mil comidas en tres horas. ¡No se le ocurra presentarse sin reservar, no me haga quedar mal!
¿Cuántas personas trabajan en sus restaurantes?
Entre 450 y 500 personas. El mundo de la hostelería también es el fiel reflejo de la sociedad.
¿Por qué?
Hace treinta años era raro ver a un americano, francés o italiano en el restaurante. Hoy en día, una gran parte de nuestra clientela es extranjera, de todas las razas: negros, chinos, árabes... ¡Si tenemos 14 nacionalidades diferentes trabajando para nosotros! Mi obsesión cada día cuando me levanto es trabajar para mantener esos puestos de trabajo. Me quita el dormir.
Usted es un gran termómetro  para medir la crisis...
En cuarenta y ocho años que llevo en este negocio nunca he conocido una crisis igual. No sé qué hemos hecho tan mal para merecer esto.
He visto una foto muy reciente suya con Shakira...
Hace unos dos años, se presentó una noche sin reservar. Su ayudante nos pidió un lugar discreto porque esperaba una visita.
¿Y?
¡Al cabo de un rato entró Piqué! ¡Qué ilusión verlo de nuevo! Soy muy amigo de su abuelo, Amador. Solía traerlo a comer cuando era niño.
¿Paparazzis a la vista?
Aún no se había hecho oficial su relación, así que fue una sorpresa para nosotros.
¡Ay si llega a hacer fotos, se forra!
No, no, para mí es sagrado respetar la intimidad de nuestros clientes. Detectamos a un fotógrafo cerca de un banco, en frente del restaurante, así que les avisamos y le hicimos pasar a otro reservado. Luego Shakira salió por una puerta y Piqué por otra, Asunto resuelto. Al cabo de unos meses se hizo oficial la relación.
¿Qué pasó con Messi?
Ha venido muchas veces con su familia. En la última, a los cinco minutos se enteraron de que Leo estaba en el Salamanca y la calle se llenó de niños y otras gentes para verlo salir. Tuvimos que escoltarlo hasta el coche.
Tiene una gran amistad con Pau Gasol...
Celebró aquí su cumpleaños y pasó el día de Navidad con su hermano y Navarro. Les tengo un gran cariño.
El Barça ha celebrado más de un título aquí...
Sí, alguna que otra Liga, tanto con Cruyff como con Van Gaal como entrenador. Por aquí han estado Koeman, Stoichkov, Ronaldo, Ronaldinho... Tengo tres carnets del Barça. Mis dos hijos, Ángel y Javi, son barcelonistas acérrimos. Comparto muchos de los valores de este Barça.
¿Cuáles?
Sacrificio, esfuerzo, trabajo, humildad. Soy hijo de un pastor de ovejas. Dejé mi pueblo natal, Aldearrodrigo, para ir a la mili casi sin saber leer ni escribir.
Se ha hecho a sí mismo...
Empecé a estudiar para ser Policía Nacional. Me destinaron a Madrid y de allí a Barcelona. Llegué en 1964 y llorando por dejar atrás todo mi mundo.
Ha triunfado...
Con la ayuda de un amigo compramos una bodeguita de cuatro mesas, aquí en la Barceloneta. Poco a poco fuimos adquiriendo más espacio hasta convertir el Salamanca en lo que es hoy en día.
Un referente...
Me llega al corazón que la mejor publicidad del restaurante se haga gracias al boca a boca. Aquí tratamos a todo el mundo igual, sea de la clase social que sea. El prestigio hay que ganárselo todos los días.
Y así durante 43 años...

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